El desarrollo de las ciudades bajo un modelo productivo ha provocado un quiebre con el ciclo natural, se establece así un nuevo modelo de paisaje urbano que dista mucho con el de paisaje natural de su entorno. Se crean así nuevos ciclos dentro de las ciudades, tales como el ciclo hidrológico urbano, el cual rompe con el ciclo natural de las aguas.  La impermeabilización de los suelos ha generado un impacto dentro de la naturaleza urbana, lo cual va imposibilitando la aparición natural de vegetación dentro de la ciudad.

Si bien existe la presencia de espacios o puntos con vegetación, estos son cada vez más artificiales, definidos por el valor estético que se atribuye a lo natural dentro de la ciudad.  El césped si es que está presente debe ser siempre verde, los arboles tener un atractivo estético y un gran tamaño. La mayor parte de esta vegetación es implantada dentro del sistema natural de nuestra ciudad.  No son árboles o vegetación nativos de la zona, lo cual genera un costo no solo monetario dentro de la mantención de estas especies, sino que también un costo en la biodiversidad del lugar.

El desarrollo de las ciudades bajo un modelo productivo ha provocado un quiebre con el ciclo natural, se establece así un nuevo modelo de paisaje urbano que dista mucho con el de paisaje natural de su entorno.

Para generar ciudades sostenibles, se debe entonces volver a conectar el ciclo urbano con el natural, a través de acciones, las cuales aunque sean pequeñas como plantar un árbol o generar un huerto en el propio jardín, esta tendrá una repercusión a diferentes escalas, en diferentes lugares y a más personas.

La presencia de un árbol en un espacio urbano ya impermeabilizado genera un acondicionamiento ambiental potente.  Tal como muestra la fotografía termográfica, aquí  se muestran las diferencias de las temperaturas existentes en un punto del Barrio Almagro. Los colores cálidos muestran las altas temperaturas existentes en el lugar, y los tonos morados oscuros los puntos con temperaturas más bajas. En esta imagen se evidencia la importancia de la presencia de un árbol dentro del contexto ciudad.

La implementación de vegetación nativa nos ayuda además, a bajar el gasto que conlleva mantener a una especie implantada, generando procesos naturales sostenibles, y con ello ciudades más sostenibles.

Si un árbol aporta acondicionamiento ambiental a los espacios públicos, y dicho árbol es nativo; y además se genera un núcleo, una agrupación o intervención de este tipo de vegetación, podemos generar un hábitat para especies animales nativas, que han ido migrando de las ciudades por no tener condiciones que las permitan estar en las ciudades. Lo cual nos genera intervenciones urbanas con un alto valor ecológico y diversidad, ya que volvemos a vincular el ciclo urbano con el ciclo natural..

Debemos comenzar a ver las ciudades como parte del ecosistema y no como un ente independiente auto soportante, ya que este pensamiento nos ha traído donde estamos hoy en día, ciudades contaminadas, con mala calidad de vida y poco resilientes frente a los fenómenos ambientales que va provocando el cambio climático global.

Aguas de Barrio

Proyecto FIC-R Gobierno Regional Metropolitano. AGUAS DE BARRIO UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA 2018 – 2019

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